Nación

La reprimenda del FMI obligó a cambiar el plan para YPF

El Fondo Monetario Internacional decidió tomar cartas en el asunto e impidió la fiesta que preparaba La Cámpora con la estatización completa de YPF.

En Washington DC no lo podían creer: una economía que precisa inversiones estaba empeñada en reestatizar su empresa más conocida en el mundo, quitándole la escasa participación privada, estafando a tenedores de acciones en el mercado de capitales, y celebrándolo con un festejo a concretarse el fin de semana.

Peor aún: una economía con un déficit de recursos genuinos, estaba decidida a erogar lo suficiente para reestatizar su empresa más importante sin conseguir justificarlo.

Pero aún mucho más grave: una economía que le está solicitando al FMI una refinanciación importante del mucho dinero que le adeuda queríaapropiarse de una petrolera que carga con una demanda multimillonaria resultado de maniobras ejecutadas para la reestatización parcial vigente.

Obviamente la cuestión de qué otra empresa seguiría después de saltar sobre YPF.

Es evidente, creen los tecnócratas de Washington DC, que hay un problema profundo en alguna gente del Frente de Todos: todavía no aceptaron que la Administración argentina se encuentra auditada por el Fondo Monetario Internacional.

Para el FMI no es una intervención, porque estaría cuestionando otras decisiones o, mejor expresado, la ausencia de algunas medidas imprescindibles. Pero hay una lupa aplicada sobre la economía argentina en forma permanente.

Esto quiere decir que el Gobierno argentino no puede tomar decisiones tal como si gestionara una economía pujante, autónoma, autofinanciable.

La economía argentina tiene una situación precaria, en algunos ítems casi ruinosa, y está solicitando al FMI postergar vencimientos que no puede pagar.

Sin embargo, algunos funcionarios, no todos, querían apropiarse de todo YPF sin necesidad económico-financiera sino por pura especulación política.

En definitiva, algunos funcionarios argentinos, no todos, desconocen el cuadro de situación, las limitaciones vigentes y subestiman al presidente Alberto Fernández y su ministro Martín Guzmán.

¿Qué opina de esta situación la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner?

Mientras la coyuntura indica una tasa de variación de precios muy preocupante y hay severas limitaciones para acotar la inflación dentro de los parámetros comprometidos en el Presupuesto Nacional 2021, hay algunos funcionarios, no todos, con ínfulas de normalidad, lo que resulta insólito porque hay una pandemia, se ha decrecido más de 10 puntos porcentuales del PBI y la tasa de inversión sigue resultando tan baja que la economía quema capital. Ni mencionar, obviamente, la puja por la riqueza que recicla la inestabilidad de precios. Pauperización y pobreza. Pero alguien se quería quedar con la petrolera.

En este punto, es necesario insistir porque no queda para nada resuelto el enigma: ¿Qué opina de esta situación la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner?

Es inevitable que habrá nuevas diferencias con el FMI. Los funcionarios argentinos rechazan el concepto ‘ajuste’ pero deben definir qué palabra utilizarán para definir su tarea de intentar alguna austeridad porque ya no hay más capacidad de endeudamiento y la emisión de moneda espuria ha resultado extraordinaria.

En esta ocasión, el FMI pudo imponer su ley. Pero hay otros proyectos faraónicos, impropios del año 2021, en algunos funcionarios del gobierno, no todos.

(Edgard Mainhard)

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