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Dieciocho en lo que va del año: preocupación en la Bonaerense por el suicidio de jóvenes oficiales

En cuatro meses, dieciocho efectivos de Policía de la provincia de Buenos Aires se quitaron la vida. Los motivos, según indicaron desde la propia fuerza, serían el exceso de trabajo, el mal pago salarial y la poca o nula importancia que se le da la salud mental.

Según indica el boletín oficial de provincia de Buenos Aires, desde el año 2020 hasta la actualidad, son noventa y siete los oficiales de policía que se quitaron la vida. En el año que inició la cuarentena por pandemia de coronavirus, fueron dieciocho los efectivos que se suicidaron; en 2021, veintiséis; en el 2022, treinta y siete; y en los cuatro meses que transcurrieron de este 2024, dieciocho.

Uno de los últimos decesos en el organismo del ministerio que dirige Javier Alonso fue el de la oficial Beatriz Velázquez (28) que formaba parte de la Unidad Táctica de Operaciones Inmediatas (UTOI) en La Matanza. De acuerdo a lo que explicaron desde Policía Reclamando, la joven estaba sobrepasada de trabajo porque debía recorrer «800 kilómetros para ir a prestar servicios» dado que residía en Hilario Ascasubi, pasando Bahía Blanca.

Esto generó que Velázquez sintiera un «profundo estrés y malestar», pero nunca le dieron una solución. «Muchas veces solicitó la readecuación de destino y fue ignorada», detallaron a un medio local.

Ante el fallecimiento de la joven, los integrantes del cuerpo policial sostienen que las condiciones laborales actuales no son óptimas lo que, en consecuencia, genera depresión en los trabajadores de las fuerzas: «No hay capacitación, no hay equipamiento, no hay incentivos, no hay reconocimiento. Los policías están desmotivados, cansados y frustrados», según una investigación del portal RealPolitik.

Teniendo en cuenta la contabilización de decesos anteriormente detallados y que, entre 2016 y 2019 se contabilizaron ciento setenta y seis suicidios en las filas oficiales bonaerenses, los incidentes -en promedio- son treinta y cinco por año.

Otro dato que logró encender las alarmas de los integrantes de la Policía Bonaerense es que, muchos de los oficiales que se suicidaron eran jóvenes que «acababan de ingresar a la fuerza, es decir, hay muertes muy pegadas al test psicotécnico que admitió a esas víctimas para que prestaran servicio en la fuerza». Por lo que allí habría una falencia en cuanto a la realización de dicho examen.

Además de ello, también se suma la mísera bonificación salarial. Actualmente, un policía con antigüedad percibe 504.547,34 pesos brutos, aunque tras la quita de impuestos la liquidación se ubica en 400.773,55.

Con este panorama, donde un oficial debe realizar extensos viajes para cumplir sus horas de trabajo, arriesgando su vida cada día y percibiendo un salario por debajo de la canasta básica familiar, los integrantes de las fuerzas entiendan que los suicidios podrían continuar e incluso ir al alza cada mes; hasta tanto se regularice la situación económica y se ejecute correctamente las evaluaciones psicológicas que permiten el ingreso a jóvenes oficiales, cediéndoles así el arma reglamentaria con la que muchos se quitan la vida.

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