Provincia

Grave denuncia: trabajo esclavo en el municipio de Pilar

El 2 de abril último, poco más de una decena de mujeres, algunas acompañadas por sus hijos, protestaron a las puertas de la municipalidad en reclamo de un pago que nunca llegó.

La manifestación pasó sin pena ni gloria, olímpicamente ignorada no sólo por los medios de prensa del distrito sino por las propias autoridades, que, en definitiva, eran las responsables del padecimiento de esas mujeres.

La historia comenzó unos días antes, cuando alguien, en representación de una pretendida empresa, contrató a una decena de mujeres de Presidente Derqui para la elaboración de huevos de Pascua. Les prometieron mil pesos por día de trabajo -tres, en principio-, y allá fueron felices por la posibilidad de engrosar sus magros presupuestos.

Pero algo no andaba del todo bien. El lugar de trabajo era un viejo galpón propiedad de la municipalidad de Pilar, y la jornada demasiado exigente: 12 horas sin posibilidad de un descanso al menos para comer. Por supuesto, tampoco hubo, el algún momento, un mínimo refrigerio por parte de la «empresa».

El caso es que terminaron su tarea, entregaron los huevos en tiempo y forma, y ahí empezó la odisea. El pago prometido jamás llegó, hasta que se enteraron de que la «empresa» que las había contratado, no existía ni en los papeles. Por supuesto, dedujeron que el verdadero contratante había sido el municipio, preparándose para el reparto de Pascua, y allí fueron a reclamar lo suyo.

Pero la sorpresa fue mayúscula. La comuna no sólo se desentendió del problema, sino que además sufrieron amenazas para que terminaran con el reclamo. A uno de los hombres que se acercó para colaborar con ellas, le mostraron un arma y le espetaron un terminante «cortála o sos boleta», mientras una de las protagonistas debió pedirle a otro que había expuesto la situación en redes, que «borrés todo» porque «me llamaron amenazándome a mi y a mi familia». «Prefiero dejar todo como está», se resignó.

El episodio deja planteados varios interrogantes. Por ejemplo, si la «empresa» o Braian, su supuesto dueño, un privado, fue el contratante, ¿porqué utiliza un galpón municipal? ¿O el contratante fue el propio municipio utilizando a este Braian como pantalla para contar con mano de obra gratis? ¿Y si fue alguien de algún movimiento social que quiso hacerse de unos pesitos apelando a la necesidad de la gente?

Vaya uno a saber. Lo cierto es que hay alguien que tiene todas las respuestas y alguna vez entenderá que jugar con las ilusiones de los más pobres, no sale gratis. Siempre hay que esperar el vuelto.

 

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