Provincia

Más del 60 por ciento de los comercios no pudo pagar el alquiler

Comerciantes de la provincia de Buenos Aires reclaman una salida anticipada a la cuarentena impuesta por el presidente Alberto Fernández. “Las últimas medidas tomadas no alcanzan a cubrir la pérdida que significa tener los locales cerrados. Necesitamos trabajar”, exigen.

Una breve caminata por cualquier centro comercial de la provincia de Buenos Aires es una pintura de la peor pesadilla de un emprendedor. Una escena apocalíptica de locales cerrados, el viento arrastrando carteles abandonados a su suerte y los semáforos dando en vano sus luces. “Cuando la cuarentena finalice, vamos a llevar 25 días cerrados. Son más de tres semanas seguidas cerrando la caja en cero. Evitar la quiebra es una misión prácticamente imposible”, comenta Eduardo, quien tiene desde hace más de quince años un local de ropa masculina en La Plata.

El desafío es mayúsculo, especialmente si se tiene en cuenta el contexto económico en el que impacta la cuarentena. A diferencia de lo que puede ocurrir en economías ordenadas de países como Noruega o Canadá, el coronavirus impactó de lleno a una Argentina que lleva más de treinta meses seguidos de franca recesión. “No nos agarra con ahorros. Eso puede pasar con los grandes empresarios. A nosotros nos toca apenas sobreviviendo. Trabajando como lo venimos haciendo desde el 2016, apenas si nos alcanza para el día a día y comprar mercadería para seguir funcionando. Tres semanas parados es lo mismo que la quiebra”, explicaron desde la cámara que nuclea a los comerciantes de La Matanza.

Las medidas tomadas hasta el momento por el gobierno de Alberto Fernández son vistas como positivas, pero insuficientes. “Nos aseguran que el alquiler no va a aumentar, pero no tiene ningún sentido. Para la mayoría de los que tenemos contrato por los próximos dos años, de todos modos no nos iba a aumentar hasta diciembre. Nos permite atrasarnos con el alquiler libres del riesgo de desalojo. Eso está bien, pero no resuelve nada, porque hay que pagar igual, y si no lo pagamos este mes, se acumula para el que viene y se hace un monto inalcanzable, incluso sin intereses”, aseguraron.

El peso recae, sin embargo, sobre la figura del cada vez más débil gobernador Axel Kicillof. La escasez se prende como focos de un incendio imposible de detener a lo largo y ancho del conurbano bonaerense, en donde más de un 70 por ciento de la población se compone de trabajadores informales, monotributistas, autónomos y empleados de empresas industriales que, en general, son los más perjudicados por el parate.

Hoy por hoy, la provincia de Buenos Aires no está generando un solo puesto de trabajo. Además, un porcentaje mayor al 70 por ciento del total de sus pymes están facturando cero. No hace falta ser un economista graduado en Harvard para conocer el final de la película. A ésta receta de desenlace fatídico se le suman los impuestos. Dado que el estado necesita recaudar para continuar la campaña contra el COVID-19, no ha existido hasta el momento alguna solución definitiva al respecto. De este modo, empresarios que ya tenían problemas pagando el IVA (en febrero y en marzo hubo gran cantidad de pymes que no lograron pagarlo), ahora están obligados a continuar haciéndolo, pero con facturación cero.

Todo se ha resumido a una situación de supervivencia del más fuerte. No quedan dudas de que la recuperación no será inmediata, sino lenta y escalonada. Sólo aquellos que cuenten con un fuerte respaldo económico podrán sobrevivir y, ésta clase de empresas, en la Argentina, no abundan. (www.REALPOLITIK.com.ar)

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