Provincia

Pymes y comercios aseguran que no pueden pagar sueldos

Anticipan una rebelión fiscal “de hecho”

Paralizados y con facturaciones en cero, los empresarios aseguran que las medidas del gobierno fueron infructuosas. La prórroga a los aportes fracasó y el crédito bancario al 24 por ciento continúa con serias trabas.

Desde las cámaras empresarias, los colegios profesionales y hasta los gremios de la provincia de Buenos Aires encendieron la señal de alarma y reclamaron, en las últimas jornadas, “un auxilio concreto y real” para evitar lo que muchos aseguran que se trata de una crisis peor que la del 2002.

El parate casi total de actividades comerciales y profesionales, escenarios de facturación cero en la enorme mayoría de las pymes y una batería de medidas tomadas a medias y sin una ejecución clara por parte del gobierno dejaron a todo el mercado económico a la deriva.

Los odontólogos, muchos de ellos endeudados para la compra de equipos y alquilando consultorios, no tienen pacientes para atender. Los abogados, a quienes los obligaron a comprar un token digital para poder sortear estas circunstancias, no pueden pagar sueldos. Las pequeñas y medianas empresas, muchas de ellas con enormes obligaciones de pago por líneas de créditos tomadas durante estos últimos cuatro años de recesión, están facturando cero. Los bares y restaurantes, con gigantescos alquileres que pagar y un ejército de mozos y personal de cocina, tienen las cortinas bajas y trabajan sólo en modalidad de delivery, que representa menos del 15 por ciento de su facturación habitual. Los ejemplos se acumulan unos sobre otros y abarcan a prácticamente la totalidad de los rubros de la economía nacional.

“El resultado de todo esto es la tan temida rebelión fiscal”, anticiparon de una mesa regional de comerciantes y empresarios. “Nadie tiene la intención de dejar de pagar impuestos, pero si no nos entra dinero de ningún lado y la prioridad número uno son los sueldos y el alquiler, lógicamente no va a quedar nada para los impuestos”, advirtieron.

En contrapartida, las medidas que hasta el momento tomó el gobierno parecen haber caído en saco roto. El crédito al 24 por ciento recibió un duro rechazo por la enorme mayoría de las cámaras comerciantes, quienes aseguraron que con los locales cerrados “los bancos no pueden especular y cobrarnos interés, debiera ser al 0 por ciento”. Por otro lado, las entidades bancarias, que suelen calificar a los deudores según sus carpetas crediticias, se niegan a entregar dinero a empresarios que no están seguros si seguirán en actividad en el corto plazo. “No es sencillo para nosotros entregarle dinero a una empresa que se está fundiendo y no tiene facturación”, explicaron desde el Banco Nación.

En situación terminal, empresas y comercios se reúnen para exigir un estímulo estatal a través de créditos concretos, a tasa cero y de rápido acceso, además de garantías y herramientas impositivas más efectivas. Teniendo en cuenta que representan el 52 por ciento del PBI y son generadoras del 72 por ciento de los empleos argentinos, el gobierno sabe que no puede darse el lujo de dejarlas morir.

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