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Los argentinos terminan 2021 mucho más “capitalistas”

Por Diego Dillenberger (*)

En 2014, el instituto académico de opinión pública más prestigioso de Estados Unidos, el Pew Research Center, encuestó en 42 países y fue a preguntar de una manera muy inteligente: en lugar de contestar si eran “procapitalistas” o “anticapitalistas” -algo que es bastante conceptual y relativo- los encuestados debían responder cuán de acuerdo estaban con la frase “la mayoría de la gente está mejor en una economía de mercado, aunque algunas personas sean ricas, y otras, pobres”.

Campeón mundial del anticapitalismo resultó… ¡la Argentina! Solo el 33 por ciento estaba a favor de la economía de mercado, y 48 por ciento, en contra. La media para el grupo de países emergentes era de 62 a favor de la economía de mercado y 28, en contra.

Capitalismo vs. anticapitalismo

Un dato curioso: la tabla de capitalismo de todos los países la lidera Vietnam, que es ese país asiático en el que cientos de miles murieron combatiendo a los franceses, primero, y a los Estados Unidos, después, para imponer el comunismo.

Los vietnamitas del norte ganaron la guerra y le propinaron a los Estados Unidos en los 70 la peor humillación de su historia. Pero la batalla ideológica la ganaron los norteamericanos, porque 40 años después, el 95 por ciento de los vietnamitas prefiere la desigualdad de la economía de mercado.

China y Rusia, los aliados de Vietnam de entonces y de hoy, también tienen una opinión pública mayoritariamente procapitalista, al igual que los venezolanos: el 67 por ciento prefiere la economía de mercado. Cuando el Centro Pew fue a encuestar a Venezuela, ya gobernaba Nicolás Maduro.

Algo cambió en la percepción anticapitalista de los argentinos

Pero en la Argentina, pasó mucha agua debajo del puente desde 2014. Ahora la Universidad de San Andrés salió a hacer exactamente la misma pregunta y se encontró con el sorprendente resultado de que los argentinos tienen hoy una visión mucho más equilibrada entre anti y promercado: de ese 33 por ciento, los promercado saltaron al 42 por ciento, y los anticapitalistas bajaron del 48 al 43 por ciento: “es un empate” tituló el informe del profesor Diego Reynoso, un investigador del CONICET que es responsable de la encuesta mensual de opinión pública de la universidad de San Andrés.

De haberse mantenido la opinión pública en los otros 41 países más o menos igual a lo largo de estos años, la Argentina seguiría liderando la tabla del anticapitalismo pero ya con guarismos mucho más parecidos a los de países como México, España, Grecia e incluso Japón.

Esa universidad ya había detectado meses atrás que la opinión pública argentina había dado un vuelco radical con uno de sus temas tabú: la reforma laboral. Los presidentes De la Rúa y Macri fracasaron estrepitosamente en sus intentos de despachar una flexibilización laboral. Como consecuencia, hoy el único empleador que contrata es el Estado: en el sector privado se cortan una mano antes de generar un puesto de trabajo.

Diego Reynoso se sorprendió en octubre cuando obtuvo como resultado que el 64 por ciento está a favor de una reforma laboral para alentar al sector privado a dar trabajo. Incluso otro 23 por ciento que no está de acuerdo con una reforma rechaza la idea de que el estado sea, como lo es hoy, el único sector que da empleo.

Los sindicalistas argentinos juraban que era sumamente popular su causa de bloquear a como dé lugar cualquier intento de reforma laboral para que los nuevos empleados que se contraten, que hoy son desempleados, planeros, informales o cuentapropistas, vengan con modalidades más flexibles para las empresas y menos alentadoras de la “industria del juicio”.

Cómo reactivar la economía argentina

Otro dato sorprendente lo aportó a fin de año la encuestadora Real Time Data (RTD) con una pregunta que viene haciendo mes a mes desde junio de 2020: “cuál cree que es la mejor fórmula para reactivar la economía: con más o menos intervención estatal en las empresas”.

Para el kirchnerismo, que siempre creyó que tenía “alquilada” la copa mundial del estatismo, RTD tiene una mala noticia: su postura cayó de 53 a 37 por ciento, y los que prefieren al gobierno lejos de las empresas subieron del 37 al 57 por ciento.

Pero lo más probable es que a la vicepresidenta Cristina Kirchner ya le hayan avisado del giro que se está produciendo en la opinión pública argentina, tan trabajosamente convertida al estatismo con años de “relato”.

Por eso ahora se entiende mejor por qué cuando en un acto de La Cámpora en la previa al Día de la Lealtad, en octubre, Cristina les recomendó a esos militantes que se sienten herederos de la leyenda de los montoneros que vean la desopilante comedia alemana Good Bye Lenin, sobre la caída del Muro de Berlín.

En ese mismo acto y ante las caras atónitas de la juventud camporista con el brazo alzado con la “v” de viva Perón, la líder del kirchnerismo sostuvo que “el sistema capitalista es una forma de producción de bienes y servicios mucho más eficiente que el socialismo”.

De ahí a entender qué hay detrás de la clara derrota del kirchnerismo en las últimas elecciones legislativas, no hay un largo trecho: los fracasos del propio kirchnerismo desde la pandemia son tan evidentes que terminaron alejando a la opinión pública argentina del heroico relato anticapitalista que con tanto trabajo había logrado instalar el kirchnerismo.

 

(*) Licenciado en socioeconomía. Director periodístico de la revista Imagen. Dirige y conduce La Hora de Maquiavelo, programa de TV sobre comunicación política y empresaria 

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