Provincia

Directivos del IOMA al borde de la detención

Tanto el ministro Nicolás Kreplak como el titular del Instituto Obra Médico Asistencial, Homero Giles, propiciaron una serie de aprietes sindicales y ahogos financieros a clínicas privadas con el objetivo de fundirlas y comprarlas a precio vil.

Durante la pandemia por coronavirus comenzó a desarrollarse en la provincia una operación que se denominó “Soberanía Sanitaria”. Esta estrategia fue obra del titular del Instituto Obra Médico Asistencial (IOMA), Homero Giles, y el ministro de Salud de la provincia de Buenos Aires, Nicolás Kreplak. Las víctimas, en el otro extremo, fueron los sanatorios privados.

Según coinciden responsables de diversos nosocomios privados bonaerenses, y la investigación llevada adelante por el portal RealPolitik, “el objetivo, al parecer, es el de presionar económicamente a los sanatorios con todo tipo de estrategias, desde los bloqueos sindicales hasta negarles el pago de las obras sociales, para ahogarlos financieramente y lograr que los propietarios no tengan otra salida que vender las clínicas a precio vil”. Los compradores no serían otros que el IOMA, el Sindicato de Trabajadores de la Sanidad (ATSA) y la propia provincia de Buenos Aires.

Estas prácticas ya tuvieron un rotundo éxito en el histórico hospital Italiano de La Plata que, de acuerdo a las denuncias y acusaciones del personal médico, “fue tomada por profesionales y militantes de La Cámpora” tras numerosos inconvenientes financieros que parecieron surgir de la noche a la mañana. Poco tiempo después, la Agremiación Médica Platense (AMP) decidió desafiliar al director del Italiano, Roberto Martínez, tras encontrar irregularidades en las facturaciones.

En este cruento escenario, una de las embestidas más fuertes la sufrió la clínica Mater Dei de La Plata, cuyos directivos denunciaron haber sido extorsionados por miembros del sindicato ATSA para que vendieran la institución. Tras la negativa, los delegados gremiales comenzaron los bloqueos que dificultaron seriamente el trabajo diario de la clínica. Entre los insultos, bombos y platillos que desfilaban por la puerta del Mater Dei e impedían el acceso de los pacientes, se logró identificar a dos viejos conocidos del sindicato: Alfredo Villacorta, quien saltó a la fama tras verse involucrado en la quiebra del reconocido Instituto Oncológico de Gonnet, y el delegado Luis Angles.

La estrategia de los sindicalistas tuvo un traspié inesperado. Los propios trabajadores del Instituto Mater Dei decidieron presentarse voluntariamente en una escribanía para detallar las acciones delictivas de los delegados de ATSA, lo que motivó la acción de la fiscalía Nro. 11 conducida por Álvaro Garganta. Días después, la abogada y referente política Florencia Arietto se sumó a la iniciativa, impulsando una investigación judicial por asociación ilícita a los fines de apoderarse de una institución de salud. “El delito está plenamente comprobado”, aseguró la letrada.

De acuerdo al expediente judicial, IOMA le estaría adeudando a la clínica más de 12 millones de pesos, un guarismo que aumenta mes a mes. “Los funcionarios han decidido ‘pisar’ los ingresos de la clínica para ahogarla económicamente”, aseguraron desde el Mater Dei.

En las próximas horas, siempre de acuerdo a la RealPolitik, se esperan las primeros órdenes de detención. Entre los funcionarios apuntados se encuentran Mariano Cardelli, miembro del directorio del IOMA que, casualmente, fue expulsado del PAMI tras un escandaloso episodio, Jerónimo Chaparro Fresco y la licenciada Leticia Ceriani, quien fue además denunciada por falsificar documentos públicos.

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