Columnistas
El precio de las exportaciones argentinas alcanzó su máximo histórico
Por la Fundación Libertad y Progreso (*)
Con el último dato oficial la administración de Alberto Fernández logró un récord y es 50,9% más alto que
en 2015.
Un informe de la Fundación Libertad y Progreso en base a datos del Instituto Nacional de Estadística y
Censos (INDEC) mostró que el Índice de Precios de las Exportaciones argentinas aumentó 2,1% mensual
y 20,7% interanual en mayo, alcanzando su máximo histórico. Este nivel de precios es 23,7% superior al
registrado durante el Boom de Commodities de 2011-2015.
El Índice de Precios de las Exportaciones e Importaciones argentinas mide la evolución de los precios de
los bienes que Argentina vende y compra del exterior ponderados según los volúmenes comerciados. De
esta forma, permite hacer una evaluación sobre la evolución de los precios que enfrenta el país en los
mercados internacionales.
Las importaciones aumentaron, pero siguen por debajo de los valores de años anteriores
Por otro lado, se observa que las importaciones, si bien aumentaron, en cantidades están 10,0% por debajo
de los niveles alcanzados en 2011 y 2017. Esto refleja la recuperación que hubo en el nivel de actividad económica tras la recesión de 2020 y como la economía se vuelve a aproximar a sus picos de producción
previos.
En opinión del director de la Fundación, Aldo Abram, “Es notable que el gobierno hable de escasez de
dólares cuando hemos tenido precios internacionales que hicieron que nuestras exportaciones superen
las de los últimos 10 años. Si a eso se les suma que hubo una inundación, en la región y en el mundo, de
moneda extranjera porque los bancos centrales emitieron muchísimo con motivo de la pandemia, queda
claro que el problema no está afuera sino adentro.
Abram opinó que “es una pésima gestión del gobierno que está incentivando la huida de ahorros e
inversiones de argentinos y extranjeros, cosa que empeorará con vientos internacionales que empezaron
a ser adversos” y agregó que “el otro problema es que el Banco Central fija un precio máximo artificialmente
bajo para el dólar y eso provoca que escaseen, al igual que cuando se lo hace con el aceite, aumenta la
demanda y baja la oferta. Por lo tanto, está haciendo lo mismo que los supermercados para que no se le
acabe lo que tienen en las góndolas y restringe la venta a uno por cliente. El BCRA dejó a gran parte de
la demanda de la gente y las empresas fuera del mercado oficial y restringiendo el cepo cada vez más
logra moderar la perdida de reservas. Esta tendencia se deberá profundizar a futuro, lo que tendrá
tremendos costos para la economía y el bienestar de los argentinos”.
Eugenio Marí, Economista Jefe de la Fundación Libertad y Progreso dice que «Argentina está
desaprovechando una oportunidad enorme. Los términos de intercambio actuales son aún mayores que
cuando hablábamos del crecimiento a tasas chinas. No tener una macroeconomía ordenada, tener
políticas proteccionistas y golpear permanentemente a la inversión y la producción nos cuesta caro”.
“Para colmo, nuevamente se coloca a las importaciones como el chivo expiatorio de nuestros problemas.
Ya de por sí el volumen actual de importaciones actual no es muy diferente al registrado en 2017-2018, ni
al del período 2011-2013. Pero además se olvida que las importaciones cumplen un rol fundamental para
sostener la producción de las empresas e incrementar la competencia en los mercados argentinos. Para
dar un número, 80% de las importaciones corresponden a bienes de capital, sus partes y bienes
intermedios; es decir, insumos que se usan directamente en los procesos productivos”.
Diego Piccardo, economista de la Fundación Libertad y Progreso señala que “el discurso que viene
llevando el kirchnerismo en contra de las importaciones es la antesala a un nuevo ajuste del cepo
cambiario. Dada la prácticamente nula acumulación de dólares en el primer semestre, con exportaciones
récord, el BCRA tiene pocas opciones para acumular reservas en el segundo semestre que
estacionalmente las exportaciones caen y los ingresos de dólares se reducen».
«Una de las opciones es devaluar el tipo de cambio para encarecer los bienes y servicios del exterior y abaratar los nuestros. La segunda opción, y la más probable, es la de restringir aún más las importaciones, pagando un costo en términos de actividad, pero evitando el fogonazo inflacionario que traería aparejado la devaluación del tipo
de cambio oficial”.
(*) Centro de investigación en políticas pública sin fines de lucro, privado e independiente de todo grupo político, religioso, empresarial o gubernamental