«Yo lo voté con esperanza, y las cosas mejoraron…para unos pocos» (audio)

Ana María Escobar vive en el barrio La Pilarica, vende pan casero para sobrevivir y sufre artritis reumatoidea e hipertensión. Tiene al marido en una silla de ruedas -hace poco comenzó a cobrar una pensión por discapacidad-, y una hija de 18 años que sufre de una dolencia que requiere una cirugía menor, pero hace meses deambula por el sistema público de salud del distrito sin una respuesta, ni para ella misma ni para la adolescente.

Reconoce que votó a Federico De Achával, «y no me avergüenzo». «Lo voté con esperanza, fue al barrio y nos prometió que todo iba a mejorar, y mejoró, pero para unos pocos», agrega antes de contar su odisea en búsqueda de la salud perdida, en especial para su hija («primero es ella; yo puedo esperar»).

La joven según su madre, padece de un quiste pilonidal, le hicieron todos los estudios pertinentes para una sencilla cirugía en el Sanguinetti, que ni siquiera requiere internación, pero el tiempo pasa y «ya no puede caminar, no se puede sentar, no puede ir a la escuela». Cuando su madre insiste por la intervención para su hija, «me dicen que hay gente que hace más de un año espera una operación», demora que obedece a que «no hay médicos; hay pocos y o dan abasto, y tampoco hay especialistas como traumatólogos, por lo que tampoco me puedo atender por mi artritis».

«Tampoco hay turnos hasta enero; nos dicen que recién en febrero o marzo comenzarán a darlos de nuevo», indica.

Ana María advierte que su situación «es crítica, y estoy gastando lo que no tengo, y no sé porqué tengo que emigrar para que nos atiendan si yo vivo aquí», y le pide al intendente que «se fije en los que más necesitan, que los pobres que viven alrededor de los countries son los que más necesitan», Al mismo tiempo, después de asegurar que «hay mucha gente igual o por que yo», la mujer insta a los vecinos que atraviesan por un problema similar, que «denuncie, que no se calle».